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Creemos que se puede insistir en mirar el vídeo en el que el presidente Bush recibe la noticia del ataque a Irak mientras hace bromas y es retocado por una maquilladora (vídeo que expone Gianni Motti en Banquete – Comunicación en evolución, proyecto multidisciplinar promovido por Medialabmadrid en el Centro Cultural Conde Duque en este año 2005) Decapitation es una reflexión a partir de esta mirada utilizando el camino menos real: el arte, y aunque verdaderamente no sabemos hasta que punto es una opción insolidaria, es la única que comprendemos útil para analizar el modo de vivir de un artista frente al mundo real en el que se concibe ingenuamente ideal. La investigación parte de cómo una empresa teatral como la nuestra puede trabajar sobre el hecho de la “distorsión” (palabra que utiliza el escritor Bruce Sterling) de los medios de comunicación masivos... y quizá esta empresa ya es una tragedia a la que el hombre contemporáneo no puede resistirse. Decapitation está en el terreno de la sátira política como lo hacen compañías como Els Joglars o Animalario en sus últimos espectáculos, juega con el tiempo fragmentado del informativo de televisión y del documental, pero en este caso nos servimos de la manipulación obscena de nuestra vida, la de los que constituimos este proyecto. El inicio de la obra ya plantea un accidente de automóvil que le ocurre a un escritor con su mujer embarazada (los propios autores del texto teatral)... y lo que esto conlleva: enfrentarse a un control de alcoholemia, médicos eficaces y cómicos, noticias de televisión... y surge una especie de inquietud humana entre el drama y lo patético de pasar de ser personas a ser entidades de reality show. En el número 5 de Ophelia, revista de teatro y otras artes (publicación editada en Madrid por Blenamiboá) se cuestionaba el teatro y su oportunidad política. Nosotros compartimos dicha filiación y nos damos cuenta de la angustia que supone que un hecho de relevancia política internacional duela en la vida íntima y absolutamente pequeña del artista. Es por tanto de nuevo una investigación sobre el trauma histórico en el arte, y sus coherencias, pretendemos hablar del momento o del instante absurdo del trauma del artista frente a lo cotidiano, frente a la impotencia que se produce ante una realidad que censura nuestra fantasía, una osadía que posibilite el debate público en la sala, como no creemos que ya haga la imagen de las torturas por internet. |
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